5 CONSEJOS PARA ENCONTRAR LA ZAPATILLA DE CICLISMO ADECUADA

En el caso de las zapatillas de ciclismo, la longitud adecuada de la zapatilla se determina de forma diferente a la de las zapatillas de uso diario o de running. Dado que al montar en bicicleta no se produce ningún movimiento de rodadura como al caminar o correr, el pie no necesita ningún espacio adicional en la parte delantera de la zapatilla. Unos pocos milímetros de espacio delante de los dedos gordos en la zapatilla de ciclismo son más que suficientes. Si la zapatilla es demasiado larga, las calas no se pueden montar biomecánicamente, lo que provoca una pérdida de transmisión de potencia.

Ahora que ya has determinado la longitud, comprueba el ancho de la zapatilla. La zona del antepié es la más ancha y también la más sensible en cuanto a la transmisión de fuerza al montar en bicicleta. La zapatilla debe ajustarse bien en esta zona, pero no debe presionar en ningún caso. Recuerda que el pie se ensancha ligeramente durante las sesiones de entrenamiento más largas. Por lo tanto, debes tener algunos milímetros de margen de maniobra para que la zapatilla no presione incluso después de un largo período de pedaleo. Si la zapatilla te aprieta demasiado en la parte delantera del pie o deja demasiado espacio para el pie, entonces esa marca simplemente no es la adecuada para tu pie. No cometas el clásico error de elegir una talla más grande, sino que es mejor que elijas otra marca de zapatillas. Puede que a veces sea una verdad desagradable, pero algunas marcas simplemente no están hechas para tu pie.

El calzado de ciclismo óptimo ofrece un ajuste firme en la zona del talón. No debe salirse del calzado al caminar ni debe apretar ni causar dolor. Si el talón está correctamente asentado, no debe moverse dentro del calzado. El calzado también debe quedar firme en la parte posterior del pie. La parte superior del calzado, que es la zona que cubre el pie, debe envolverlo cómodamente y con firmeza. El calzado debe sentirse firme y cómodo al probárselo.

Preste atención al sistema de cierre. Este garantiza que la zapatilla rodee firmemente todo el pie, incluso bajo la mayor tensión que se produce durante la fase de tracción del ciclismo, y proporciona el soporte necesario. Las hebillas y los cierres de velcro no deben presionar bajo ninguna circunstancia. En el caso de los cierres giratorios, es necesario que los puntos de deflexión estén correctamente colocados para garantizar una estabilidad óptima. Asegúrese de que el material superior de la zapatilla no se arrugue al cerrarla, ya que esto podría provocar puntos de presión en el pie. Si aparecen arrugas en el material superior al cerrar la zapatilla, esto suele ser un síntoma de que la zapatilla de ciclismo no se ajusta de forma óptima.

Una regla general para la suela de las zapatillas es que cuanto más rígida, mejor. Esto no solo se aplica al rendimiento, sino también a la comodidad, aunque pueda parecer paradójico al principio. De esta manera, el pie se mantiene más estable y cansa menos. El material de la parte superior es diferente: en los puntos de transmisión de fuerza, la parte superior del zapato debe ser lo más firme posible, pero en las zonas más sensibles del pie debe tener un acolchado más suave.